Tuesday, March 23, 2010

SOLEMNIDAD DE SAN JOSÉ: FUE ENTRONIZADA LA IMAGEN BICENTENARIA EN LA IGLESIA CATEDRAL DE SANTA FLORENTINA

FUE ENTRONIZADA LA IMAGEN INSIGNE DE SAN JOSÉ EN LA IGLESIA CATEDRAL DE SANTA FLORENTINA (CAMPANA)




Antes de la misa de la solemnidad de San José (el 19 de marzo) el Sr. Obispo Mons. Oscar Sarlinga entronizó la imagen insigne y bicentenaria de San José, en la capilla lateral llamada "de la Cruz", en el templo de Santa Florentina, en la ciudad de Campana.


La iglesia catedral se encontraba colmada de gente, fieles provenientes de la misma ciudad de Campana, de Ing. Maschwitz y de Escobar, entre ellos numerosos jóvenes, provenientes algunos del colegio "Santo Tomás de Aquino". Una decena de sacerdotes concelebraron con Mons. Oscar Sarlinga, y el colegio "Santa María" de Escobar, presentó ofrendas alusivas, entre las cuales un cartel hecho con mensajes e imágenes, de parte de los niños, y asimismo envió una carta al Obispo, por intermedio de Mons. Marcelo Monteagudo, representante legal. Durante el día, todos los niveles educativos de ese establecimiento habían tenido la misa de la solemnidad de San José, con la intención de unirse de modo especial a la protección del Santo sobre la diócesis.


Se trató de una digna fiesta en la solemnidad del "Hombre justo", como lo llama la Sagrada Escritura, Aquél a quien Dios eligió para que en la tierra hiciera las veces de la paternidad de Dios, y tuviera a su cargo y cuidado a la Virgen Madre y al Niño Jesús. San José es Protector de la Iglesia entera, proclamado por el Papa Pío IX. Mons. Oscar Sarlinga pidió en su homilía que sea protector de la nueva civilización y de la nueva evangelizáción a la que nos llama la Iglesia.

De San José únicamente sabemos los datos históricos que San Mateo y San Lucas nos narran en el evangelio. Su más grande honor es que Dios le confió sus dos más preciosos tesoros: Jesús y María. San Mateo nos dice que era descendiente de la familia de David. Los santos que más han propagado la devoción a San José han sido: San Vicente Ferrer, Santa Brígida, San Bernardino de Siena (que escribió en su honor muy hermosos sermones) y San Francisco de Sales, que predicó muchas veces recomendando la devoción al santo Patriarca. Pero sobre todo, la que más propagó su devoción fue Santa Teresa, que fue curada por él de una terrible enfermedad que la tenía casi paralizada, enfermedad que ya era considerada incurable, oró pdiendo la interecesión de San José y obtuvo de manera maravillosa su curación. En adelante esta santa ya no dejó nunca de recomendar a las gentes que se encomendaran a él. Y repetía: "Otros santos parece que tienen especial poder para solucionar ciertos problemas. Pero a San José le ha concedido Dios un gran poder para ayudar en todo". Hacia el final de su vida, la mística fundadora decía: "Durante 40 años, cada año en la fiesta de San José le he pedido alguna gracia o favor especial, y no me ha fallado ni una sola vez. Yo les digo a los que me escuchan que hagan el ensayo de rezar con fe a este gran santo, y verán que grandes frutos van a conseguir". San Mateo narra que San José se había comprometido en ceremonia pública a casarse con la Virgen María. Pero que luego al darse cuenta de que Ella estaba esperando un hijo sin haber vivido juntos los dos, y no entendiendo aquel misterio, en vez de denunciarla como infiel, dispuso abandonarla en secreto e irse a otro pueblo a vivir. Y dice el evangelio que su determinación de no denunciarla, se debió a que "José era un hombre justo", un verdadero santo. Este es un enorme elogio que le hace la Sagrada Escritura. En la Biblia, "ser justo" es lo mejor que un hombre puede ser, porque la plenitud de la justicia es la santidad, en el sentido bíblico.


Mons. Sarlinga dijo que San José fue como "el último Patriaca" que tuvo, por gracia divina, "sueños angélicos", en los cuales recibió importantísimos mensajes del cielo. En su primer sueño, en Nazaret, un ángel le contó que el hijo que iba a tener María era obra del Espíritu Santo y que podía casarse tranquilamente con Ella, que era totalmente fiel. Tranquilizando con ese mensaje, José celebró sus bodas. La leyenda cuenta que doce jóvenes pretendían casarse con María, y que cada uno llevaba en su mano un bastón de madera muy seca. Y que en el momento en que María debía escoger entre los 12, he aquí que el bastón que José llevaba milagrosamente floreció. Por eso pintan a este santo con un bastón florecido en su mano. En su segundo sueño en Belén, un ángel le comunicó que Herodes buscaba al Niño Jesús para matarlo, y que debía salir huyendo a Egipto. José se levantó a medianoche y con María y el Niño se fue hacia Egipto. En su tercer sueño en Egipto, el ángel le comunicó que ya había muerto Herodes y que podían volver a Israel. Entonces José, su esposa y el Niño volvieron a Nazaret. San José, el santo del Silencio fecundo, interior, el "hombre de la escucha" y de la obediencia a la Palabra de Dios.
A la diócesis de Zárate-Campana, creada en el año 1976 por S.S. Pablo VI, le fueron asignados como patronos por el mismo Papa, la Santísima Virgen en su advocación de Nuestra Señora de Luján, en primer lugar, y como copatrono a San José. No existía hasta el presente, a días de cumplir los 34 años de su existencia diocesana, una imagen insigne y fija en el templo catedral, el de Santa Florentina, tan querido por los campanenses, y que ha tenido importantes restauraciones en los últimos años, notablemente la rehechura completa de la iglesia criptal, y del área presbiteral del templo principal. Ahora se comienza con la restauración entera de la capilla lateral “de la Cruz”, primero con el pilar que sostendrá la sagrada imagen y luego con el piso de la mencionada capilla, que será hecho a imagen del área presbiteral (la del altar y de la cátedra episcopal).

El Obispo había dejado algunas reflexiones para la ocasión, como preparación a ese acontecimiento, tomadas de la Exhortación “Redemptoris Custos” de S.S. Juan Pablo II, para que los fieles aprecien más la custodia y protección de San José sobre el Pueblo de Dios y Cuerpo de Cristo que es la Iglesia. En su homilía del día 19 recogió algunas de estas reflexiones:

“Desde los primeros siglos, los Padres de la Iglesia, inspirándose en el Evangelio, han subrayado que san José, al igual que cuidó amorosamente a María y se dedicó con gozoso empeño a la educación de Jesucristo, también custodia y protege su cuerpo místico, la Iglesia, de la que la Virgen Santa es figura y modelo”1.


Asimismo, dijo el Obispo que en esa exhortación apostólica el Papa Juan Pablo II quiso orientarnos en ver a San José como guía para un camino nuevo, un futuro venturoso de amor y de paz, basados en la Encarnación de Cristo, y citó para ello otro párrafo de dicho documento, con palabras de ese pontífice:

“Considero, en efecto, que el volver a reflexionar sobre la participación del Esposo de María en el misterio divino consentirá a la Iglesia, en camino hacia el futuro junto con toda la humanidad, encontrar continuamente su identidad en el ámbito del designio redentor, que tiene su fundamento en el misterio de la Encarnación”2.

Porque, dijo Mons. Sarlinga, Juan Pablo II quiso enseñarnos como San José, después de la Virgen María, participó como ningún otro ser humano del “misterio” de Cristo, y hoy y siempre la devoción a él es “un puerto seguro” para alcanzar las gracias que necesitamos, en especial las situaciones más difíciles, la enfermedad, la oscuridad, la ingratitud, el abandono y el desprecio o la indiferencia sufridos, que nos hacen tanto daño. A todo esto lo vence “el poder del eterno Padre”, el cual nos predestinó a ser hijos adoptivos suyos, en Cristo, el cual, más que un personaje admirable, es el mismo Hijo de Dios que vino a salvarnos. Y citó nuevamente a “Redemptoris Custos”.

“Precisamente José de Nazaret «participó» en este misterio como ninguna otra persona, a excepción de María, la Madre del Verbo Encarnado. El participó en este misterio junto con ella, comprometido en la realidad del mismo hecho salvífico, siendo depositario del mismo amor, por cuyo poder el eterno Padre «nos predestinó a la adopción de hijos suyos por Jesucristo» (Ef 1, 5)”3.

La comunidad católica está cordialmente invitada a participar de la misa en la iglesia catedral, en la solemnidad de San José, como se ha dicho, el próximo 19 de marzo, a las 19. La bendición y entronización de la sagrada imagen tendrá lugar antes de comenzar la misa.


1 JUAN PABLO II, Exh. apost. “Redemptoris Custos” sobre la figura y misión de San José en la vida de Cristo y de la Iglesia, Introducción, n. 1.

2 Ibid.

3 Ibid.




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