Tomado de: http://www.aica.org/
Mons. Sarlinga, en una de las celebraciones del fin de semana. ver más |
Zárate (Buenos Aires) (AICA): El lunes 20, día en el que la liturgia
recuerda a la Virgen María como madre de la Iglesia, el obispo de
Zárate-Campana, monseñor Oscar Sarlinga, administró los sacramentos de
iniciación cristiana a un grupo de jóvenes de Zárate, y en la
celebración, animó a recibir a la Virgen María, quien intercede por los
fieles, para que fortalezca el “condiscipulado” y el camino
evangelizador al que está llamado el cristiano.
El lunes 20, día en el que la liturgia recuerda a la Virgen María como
madre de la Iglesia, el obispo de Zárate-Campana, monseñor Oscar
Sarlinga, concurrió a la parroquia de Nuestra Señora de Luján, en la
ciudad de Zárate, para rezar y administrar los sacramentos al primer
grupo de jóvenes del grupo parroquial de catequesis, entre los que hubo
bautismos, primeras comuniones y confirmaciones.
En esta ocasión, el obispo hizo referencia a María como un “ícono de la
Iglesia”, que es renovadora y que, con su intercesión poderosa,
actualiza en los discípulos, en los fieles, la imagen del Hijo,
fortaleciendo así el “condiscipulado”.
En referencia a este término, el prelado estimó: “En verdad, una
renovación en el Espíritu nos ha de llevar a ver en todo discipulado un
condiscipulado, porque el espacio de verdadera fraternidad que crea
Pentecostés, como Iglesia convocada y convocante, tiene su surgente en
María, siendo ella, a la vez, miembro excelentísimo y enteramente
singular y verdadera madre de los miembros de Cristo”.
Monseñor Sarlinga también se refirió al rezo del Regina Coeli del
domingo, en el que consideró que un “renovado Pentecostés” transformó la
Plaza de San Pedro “en un cenáculo a cielo abierto”, en el que se
revivió “la experiencia de la Iglesia naciente”, unida en oración con
María.
“Pienso que el revivir la experiencia de la Iglesia naciente significa
para nosotros dejarnos hacer por la gracia, nacer de nuevo como Iglesia,
revivificando nuestro ser discípulos y nuestro condiscipulado, y
poniéndonos en un también renovado camino evangelizador, impulsados por
el dinamismo de la presencia del Espíritu. Seremos así, cada día,
purificados por la dinámica de nuestra propia `muerte-resurrección-ser
enviados’, compartidos por Cristo, que vive por siempre y nos envió
junto con el Padre el Espíritu de Amor”.
En este sentido, el obispo pidió “no defraudar” el “último encargo” de
Cristo muriente. “Rechazar su encargo sería como ofenderlo en su cara en
el momento mismo en que, desde la Cruz, nos dijo a cada uno de nosotros
«Aquí tienes a tu madre». Aunque seamos pecadores y necesitados de
conversión, lo que nos toca es recibir a María en nuestra casa”, afirmó.
Finalmente, indicó que recibir a María y a los condiscípulos será la
colaboración para que la presencia de la Virgen Madre en Pentecostés
pueda garantizar “una renovada efusión del Amor, el cual sigue creando
la Iglesia y la humanidad, lastimada, doliente, tan necesitada de
sanación y renovación”.
En esta ocasión, el obispo se vio acompañado por monseñor Osvaldo
Montferrand, párroco de la comunidad. Ese mismo día, el vicario general
de la diócesis, monseñor Ariel Pérez, concurrió a la parroquia de María
de Nazaret, también en la ciudad de Zárate, para celebrar las fiestas
patronales junto con el párroco, presbítero Adrián Lazaro, y la
feligresía.
Confirmaciones masivas.El fin de semana, monseñor Sarlinga confirmó en
el Colegio "María Madre Nuestra", de Manuel Alberti, a unos 500 jóvenes.
Durante el fin de semana también hubo confirmaciones en la capilla
Santa Teresita, de Moorlands; en la parroquia Santa Rosa de Lima, de Los
Cardales, y en la parroquia Nuestra Señora del Carmen, de Campana, y la
iglesia catedral de Santa Florentina, en la misma ciudad. Fueron
alrededor de 900 fieles que confirmaron su seguimiento al Señor.+
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