POR SEGUNDA VEZ EN LA PARROQUIA DE NUESTRA SEÑORA DE LA PAZ Y SAN FRANCISCO DE ASÍS
Como sabemos, la “misión joven” uno de los ejes evangelizadores de la
diócesis de Zárate-Campana, en razón de lo cual se ha procurado precisar
la integración de los distintos aspectos pastorales en la dimensión de
la Gran Misión Continental, a la que ha lanzado a la Iglesia en América
Latina la Conferencia de Aparecida, y asimismo a “la dimensión misionera
de toda la pastoral”, tema que Mons. Oscar Sarlinga recuerda como
elemento fundamental, y condición de la “misión permanente.
Ya nuestro Obispo nos había dicho en su Carta pastoral en el XXXV
Aniversario de nuestra diócesis de Zárate-Campana, el día de la
Transfiguración del Señor de 2011, que “La Misión continental tuvo
inicio en nuestra diócesis el 9 de mayo de 2009, día en que hemos
celebrado las fiestas patronales diocesanas (…) y, como acontecimiento
profundamente marcante, la consagración de la diócesis al Sagrado
Corazón de Jesús, irradiante de Amor y de Misión. Nos encontramos muy
contentos de la asunción convencida y profunda del espíritu de la misión
en los corazones de los sacerdotes, diáconos permanentes, religiosos,
religiosas, seminaristas, y laicado”.
Durante esos días de evangelización y misión en los barrios de la
parroquia de Ntra. Sra. de la Paz y San Francisco de Asís, los jóvenes
misioneros están acompañados por los sacerdotes de la delegación de
pastoral de Juventud, por el párroco (y delegado de las misiones) el
Padre Gabriel Micheli, y los seminaristas Francisco Liaudat, Pablo
Villalba, Carlos Alonso, Agustín Lopez, Matías Figueroa, Matías de Jesús
Ríos y Elías Duff.
El alojamiento es brindado por las instalaciones de la Escuela N°3 del
barrio de Carabassa, donde una de las aulas fue transformada en
oratorio. Los distintos sacerdotes, como todos los años, se hacen
presentes en algunos días de la misión, para compartir diversos momentos
y celebrar la misa de la Epifanía, y también la del Bautismo del Señor.
Como de costumbre, el primer día, el grupo misionero tiene un retiro de
silencio, donde pudieron tener un encuentro personal con el Señor,
reflexionar sobre el llamado de Jesucristo a estar con Él y llevarlo a
los demás, en el gozo de evangelizar. Al iniciar cada día, se realiza la
Adoración Eucarística y el rezo de Laudes, uno de los momentos
fundamentales de la misión, en donde los misioneros pedían a Nuestro
Señor el poder ser dóciles instrumentos en sus manos.
Luego del desayuno, los jóvenes visitan las casas de familia del barrio,
llevando la Buena Nueva a través de diálogos, oraciones y canciones que
realizaban junto con las familias misionadas. Informaban acerca de las
actividades la Parroquia de jurisdicción, sobre la posibilidad de
recibir los sacramentos y las actividades que iban a efectuarse durante
la semana misional.
Por las características de los barrios, los primeros días se efectúa la
visita misional por la tarde también, y a partir del miércoles un grupo
de misioneros empieza a trabajar con los niños de la zona, a los cuales,
a través de dinámicas y juegos se les enseña la catequesis. Otro grupo
se dedica a los jóvenes, con quienes se puede llevar a Cristo a través
de pláticas, encuentros y meriendas, con una respuesta de ellos muy
positiva, e incluso enriquecedora tanto para los misionados como para
los misioneros. Luego comienza la actividad con los adultos oportunidad
en la cual los misioneros pudieron enseñar y profundizar conocimientos
sobre los sacramentos, acercarse a la Palabra a través de Lectio Divina,
dar pláticas pre-bautismales y ayudar a que todos puedan encontrar un
lugar dentro de la Parroquia en tanto “Casa y Escuela de comunión”.
Para una profundización acerca del espíritu que anima a la misión joven, véase:
18 de Octubre de 2012
Queridos compañeros en el ministerio con la juventud,
El Santo Padre recién inauguró el "Año de la fe", a los 50 años de la
apertura del Concilio Ecuménico Vaticano II, en el marco del Sínodo
sobre la Nueva Evangelización. Es un año para centrar de manera especial
nuestra vida en Jesús, quien "inicia y completa nuestra fe" (Hb 12, 2),
al dar cumplimiento a las Escrituras y ser su intérprete definitivo.
El logotipo oficial arriba nos presenta un campo cuadrado, enmarcado,
que representa simbólicamente una barca -imagen de la Iglesia- en
navegación sobre olas apenas insinuadas gráficamente, cuyo árbol maestro
es una cruz que iza las velas con signos dinámicos que realizan el
monograma de Cristo. El fondo de las velas es un sol que, asociado al
monograma, hace referencia también a la eucaristía... Repito aquí unas
palabras del mensaje de Benedicto XVI al lanzar el Año de la fe, para
que animen nuestro ministerio con los jóvenes:
Jesucristo, consagrado por el Padre en el Espíritu Santo, es el
verdadero y perenne protagonista de la evangelización: "El Espíritu del
Señor está sobre mí, porque él me ha ungido. Me ha enviado a evangelizar
a los pobres" (Lc 4, 18). Esta misión de Cristo, este dinamismo suyo
continúa en el espacio y en el tiempo, atraviesa los siglos y los
continentes. Es un movimiento que parte del Padre y, con la fuerza del
Espíritu, lleva la buena noticia a los pobres en sentido material y
espiritual.
La Iglesia es el instrumento principal y necesario de esta obra de
Cristo, porque está unida a Él como el cuerpo a la cabeza. "Como el
Padre me ha enviado, así también os envío yo" (Jn 20, 21). Así dice el
Resucitado a los discípulos, y soplando sobre ellos, añade: "Recibid el
Espíritu Santo" (v. 22). Dios por medio de Jesucristo es el principal
artífice de la evangelización del mundo; pero Cristo mismo ha querido
transmitir a la Iglesia su misión, y lo ha hecho y lo sigue haciendo
hasta el final de los tiempos infundiendo el Espíritu Santo en los
discípulos, aquel mismo Espíritu que se posó sobre él y permaneció en él
durante toda su vida terrena, dándole la fuerza de "proclamar a los
cautivos la libertad, y a los ciegos la vista"; de "poner en libertad a
los oprimidos" y de "proclamar el año de gracia del Señor" (Lc 4,
18-19).
Ahora con espíritu de colaboración y esperanza, ponemos en sus manos
un recurso bilingüe — en español y en inglés— para ayudar a que los
jóvenes vivan el Año de la fe con devoción, intensidad y ánimos
renovados. Pueden descargar el recurso en español o en inglés al hacer
clic en el logotipo correspondiente arriba.
Este recurso ha sido elaborado con mucho cariño, creando distintos
tipos de actividades para que este Año de la fe fructifique en la vida
de nuestra juventud católica. Así, con la fe enardecida y fortalecida
por el Espíritu Santo a través de la reflexión y la oración, podrán
asumir con más pasión su rol de discípulos misioneros entre sus
compañeros.
Que María, nuestra Madre, nos ayude a poner en práctica la
exhortación del apóstol Pablo: “La palabra de Cristo habite entre
vosotros en toda su riqueza; enseñaos unos a otros con toda sabiduría;
corregíos mutuamente… Todo lo que de palabra o de obra realicéis, sea
todo en nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de
él”(Col 3, 16-17). Amén.
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